Baños de sal
Un bálsamo para la piel
Es una tendencia en auge. La sal comienza a sustituir al cloro en las piletas, sin afectar los patrones de higiene. Pero además, tiene el plus de
dejar la piel y el pelo menos resecos. En Francia y Brasil son cada vez más populares, y el tema está empezando a dar que hablar en
Argentina. Conoce las ventajas.
El cloro suele ser lo más molesto de las piletas. Los ojos se enrojecen, la piel se reseca y el pelo se endurece. Las piletas salinizadas parecen
ser la solución.
Son muy comunes en Francia y ya comenzaron a expandirse en Brasil y Argentina. Solamente en Río de Janeiro, por citar un caso, casi 30
academias de natación se sumaron a la idea de sustituir el cloro por la sal, en el tratamiento del agua. El resultado es que proporciona un
notable alivio para los cabellos y la piel.
Ojos enrojecidos, nunca más
Los peligros de padecer de problemas respiratorios, como la bronquitis o como la rinitis alérgica, son mucho menores con el agua salinizada.
Lo que sucede es que el proceso que transforma la sal de cocina en cloro por medio de la electrólisis, mejora notablemente la calidad del agua
al dejarla libre de sustancias, como la sosa cáustica, la cal y el níquel, presentes en productos a base de cloro.
Seis veces menos salada que el agua del mar, el agua de las piscinas salinizadas pone fin, incluso, a los problemas de irritación y
enrojecimiento de los ojos.
Chapuzones más naturales
Por otra parte, la clorificación del agua es mucho más inestable debido a que se evapora con mayor facilidad, y como consecuencia de eso,
exige un mantenimiento más frecuente.
"Las aplicaciones del producto deben hacerse en menores intervalos de tiempo. Sin embargo, con la sal el pH del agua se mantiene
equilibrado por más tiempo", explica Rogério Kurtenbach, director de una de las academias cariocas que se vincularon al nuevo sistema de
higienización del agua. La sal tampoco altera el color del agua, que continúa azul al igual que la clorada.
Olvidate de la piel con olor a cloro
Otra vantaja de este nuevo sistema es que desaparece ese fuerte olor a cloro que exhalan las piscinas comunes y que parece permanecer
luego en la piel. Todo esto sin mencionar que para quienes nadan en una piscina salinizada, la sensación que queda luego es mucho más
agradabale. "Los alumnos sienten la diferencia y aprueban la novedad desde la primera zambullida", concluye Kurtenbach.
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